La mentira a menudo proviene del miedo, no del desafío. Con calma, guía y gracia, podemos enseñar a nuestros hijos el valor de la verdad.
Una historia personal
Mi hijo tiene 12 años y navega por las aguas difíciles entre la infancia y la adolescencia. Como el menor de cuatro hermanos, está aprendiendo a encontrar su lugar en el mundo. Un día, recibimos un correo electrónico de su profesor explicando que sus tareas escolares estaban incompletas y que le bajarían la calificación.
Cuando llegó a casa de la escuela, le preguntamos cómo iban las cosas en esa clase.
"¡Bien!", respondió.
—¿Y estás entregando todos los deberes?
"¡Sí! ¡He hecho todas mis tareas!", dijo con confianza.
Cuchillo en el corazón.
Después de una conversación amable, la verdad salió a la luz. Había dejado de estudiar o dejando de hacer las tareas porque algunos niños se burlaban de por ser inteligente. En lugar de soportar las burlas, optó por ocultar la verdad.
Me dolió darme cuenta de que había mentido. Pero también me recordé: la mentira a menudo proviene de algún miedo o inseguridad, no de rebelión. No estaba tratando de lastimarnos; Estaba tratando de protegerse a sí mismo.
¿Por qué mienten los niños?
Los niños mienten por muchas de las mismas razones por las que los adultos lo hacen:
Si bien mentir está mal, es importante recordar que es una parte normal del desarrollo, no necesariamente un signo de rebelión o fracaso profundo. [1]
Cómo fomentamos que los niños digan la verdad
"Gracias por decirme la verdad sobre el daño. Apuesto a que fue difícil para ti el decirlo. Ahora hablemos de cómo podemos tener cuidado con los platos".
¿Cómo debemos responder a las mentiras como padres cristianos?
Efesios 4:25 dice:
"Por tanto, cada uno de vosotros debe despojarse de la mentira y hablar con verdad a su prójimo, porque todos somos miembros de un solo cuerpo".
Dios valora la verdad porque genera confianza y refleja Su carácter. La verdad es la esencia de la confianza, y la confianza es el fundamento de todas las relaciones, incluida nuestra relación con Dios. Cuando vemos que nuestros hijos muestran cualquier cosa menos verdad y honestidad, debemos reconocerlo, pero tal vez no tan rígidamente como se podría pensar.
Al abordar la mentira:
¿Qué consecuencias son apropiadas?
Las consecuencias son necesarias para mentir, la mayoría de las veces. A veces es una redirección para niños muy pequeños, y a medida que los niños crecen, una frase muy común en mi propia casa es: "La verdad reducirá tus consecuencias", para que sepan que valoramos la verdad más que la infracción original.
Ejemplos:
"Bueno, eso suena como una historia tonta. ¿Podemos volver a intentarlo con lo que realmente sucedió? y seguir con:
"Deberíamos decirle a mamá la verdad sobre lo que realmente sucedió para que siempre pueda estar allí para ayudarte".
Mentir es un comportamiento que debe abordarse, pero también es una oportunidad preciosa para discipular a nuestros hijos, para enseñarles sobre la gracia, el perdón y la seguridad de vivir en la verdad. Dios no espera perfección de nosotros, y nosotros tampoco debemos esperarla de nuestros hijos. Lo que Él desea son corazones que busquen la verdad, incluso cuando es difícil.
Referencias
Jessica Wojnarowski es una Consejera Profesional Licenciada (LPC) en Emerge Counseling Ministries, donde se dedica a ayudar a las personas y familias a encontrar la sanación a través de la atención compasiva y basada en la fe. Obtuvo su Maestría en Consejería de la Universidad de Liberty. Jessica ha estado casada durante 20 años y es una orgullosa madre de cuatro hijos, aprovechando tanto su formación profesional como su experiencia de vida para apoyar y guiar a aquellos a quienes sirve.