El cuidado personal es muy importante, pero no tiene que suponer alejarse de la familia. Cuando tu familia está sana y conectada, contribuye a tu propio bienestar y felicidad.
Después de un largo día, o incluso de una larga semana, nada puede sonar mejor que una «salida nocturna de mamá». Los beneficios del cuidado personal, incluido el tiempo con los amigos, son numerosos, pero la cultura ha priorizado abruptamente el cuidado personal sobre el familiar.
Todos sabemos por qué es importante el cuidado personal, pero tan importante como el cuidado personal es el cuidado familiar. Está demostrado que el tiempo de calidad que pasamos con nuestros seres queridos reduce el estrés y la ansiedad, lo que conduce a una vida más sana en general, según[1] [2] el American College of Education. También se ha demostrado que pasar tiempo con la familia mejora la salud mental, el rendimiento académico, la confianza en uno mismo y reduce los problemas de comportamiento.
Entonces, ¿qué hace que pasar tiempo con nuestras familias sea una parte tan influyente en el desarrollo de un niño? Dios diseñó la unidad familiar para que sea un lugar en el que los niños encuentren seguridad, identidad y construyan una base espiritual sobre la que puedan edificar un futuro saludable y exitoso.
Los discursos predominantes en redes sociales y las tendencias culturales actuales tienden a moldear la percepción de que pasar tiempo con nuestros hijos es una experiencia caótica y agotadora, la Biblia presenta una visión diferente de los niños. El Salmo 127:3–5 dice: «Los hijos son un regalo de Dios, recompensa suya son. Los hijos de padre joven son como flechas en manos del guerrero. Dichoso el hombre que tiene su aljaba llena de esta clase de flechas. No será avergonzado cuando se enfrente a sus enemigos a las puertas de la ciudad» (NBV).
¿Y si los padres pudieran ver a sus hijos con nuevos ojos, reconociendo el regalo que hay en cada momento compartido? ¿Y llegar a casa para pasar tiempo con sus hijos fuera el momento más deseado de los padres cada noche? ¿Y si estar juntos en familia fuera lo que más desearan tanto padres como hijos? ¿Qué cambios se producirían en la cultura?
Si planificar una salida nocturna de mamá o papá es algo que se ha convertido en parte habitual de su semana, considere la posibilidad de sustituirla cada dos semanas por una «noche en familia» y probar a realizar en su lugar alguna de las siguientes actividades.
Sea cual sea su decisión, recuerde que el cuidado de la familia es tan importante como el cuidado personal, y que una «noche en familia» frecuente será algo que tanto usted como sus hijos esperarán con alegría durante muchos años.
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